Cientos de relates de colores y de horas
de trabajo han hecho posible la exposición de pathwork que se inauguró, esta
tarde, en la torre del Preboste de San Vicente de la Barquera.
Obdulia Noriega Lamillar, y veinte
mujeres más, han confeccionado vistosos, laboriosos y originales objetos en los
que han volcado su imaginación y trabajo paciente. Destacan las colchas,
terminadas después de meses de hilo y dedal para unir los trozos de tela.
Juana, Beli, Rosa Mari, Mari Paz,
Alicia, Luisina, Isabel, Puri, Carmina, Nieves, Elvira, Albertina, Encarni,
Maribel, Mercedes y Pili, entre otras, junto con su profesora Obdulia, se
reúnen dos veces a la semana en San Vicente y otras dos en La Revilla. Juntas
siguen progresando en este singular arte, en el que cada color es una pieza de
tela distinta, una decisión de dónde ubicarla, y una labor de unirla a las
demás.
Los concejales Arantxa Garrido Lecue,
Belinda Franco, Florencio Roiz y Dionisio Luguera asistieron a la inauguración de
esta exposición, que recibió gran número de visitas en su primer día.
San Vicente acogió, en junio, el V
Encuentro de Pathwork, que cada año elige una ubicación distinta de Cantabria.
En esta exposición se expone uno de los premios obtenidos por este taller en
ese encuentro nacional.
Esta exposición estará abierta entre el
19 y el 29 de septiembre, de lunes a domingo y de 16 a 20 horas.
Patchwork
Es un vocablo inglés que significa
trabajo de remiendo, lo cual implica confeccionar piezas uniendo fragmentos de
tela de diferentes tipos y colores.
En definitiva, se utilizan trozos telas
de camisas, manteles, vestidos y múltiples prendas o elementos del ajuar que ya
son inservibles, cuyos parches se cosen para unirlos, obteniendo piezas de
mayor tamaño, muy vistosas, por la variedad de texturas y colores.
La sofisticación de esta técnica ha dado
paso a que se fabriquen trozos de tela específicos para fabricar
patchwork.
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