viernes, 28 de septiembre de 2012

La ‘comedia del arte’ llega al auditorio de San Vicente



La comedia renacentista italiana se dio a conocer el viernes por la noche en el auditorio municipal de San Vicente, con la obra ‘Cannovaccio, los dolores del amore’, de Fernando Rebanal.
Esta comedia narra las dificultades de dos jóvenes enamorados para llevar a cabo su relación. Pantalone, un viejo mercader de Venecia, rico y muy avaro, compete por el amor de ella. Las figuras clave de esta comedia son los enamorados, siempre enredados en dificultades para llevar a cabo su futuro, y también los criados, que les ayudarán a solventarlas.
 
La compañía Silenio Teatro puso en escena esta obra interpretada por Javier Lavín, Chus Samperio, Pablo Escobedo y Fernando Rebanal, bajo la dirección es éste último.
El vestuario y decorados corrieron a cargo de Ana Jiménez, mientras que de la producción se encargó Luis Revert.
Historia
Este género teatral nació en el siglo XVI en Italia, y se trataba de comedías basadas en la improvisación de frases y bromas en torno a los distintos personajes.
La comedia del arte nace cuando las compañías italianas comienzan a difundir por toda Europa este tipo de teatro, en el cual había un canovaccio, es decir, una estructura de sucesos predefinida, y lo que se improvisaba era el texto.
 
 
Las obras se dividían en tres actos, tenían una trama definida y una serie de personajes arquetípicos, dentro de esos dos límites los actores podían improvisar. Los temas solían ser enredos amorosos o los celos. La proporción de texto y gesticulación podía variar en función del país donde estuviera actuando la compañía.

jueves, 13 de septiembre de 2012

El teatro vuelve al Auditorio Municipal con ‘Robinson y Crusoe’


El Auditorio Municipal de San Vicente de la Barquera ofreció este viernes la obra ‘Robinson y Crusoe’, que está programada dentro del Circuito Itinerante que organiza la Dirección General de Cultura del Gobierno de Cantabria.
La representación estuvo a cargo de La Machina Teatro, una compañía concertada con la Universidad de Cantabria y apoyada por la Dirección General de Cultura del Gobierno de Cantabria y por el INAEM del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La obra
‘Robinson y Crusoe’ fue estrenada el 27 de enero de 2007 en el Palacio de Festivales de Cantabria, entidad coproductora del espectáculo. Se trata de una obra apta para divertir y emocionar a espectadores de cualquier edad. Es la cuarta propuesta escénica de La Machina Teatro, dirigida por Carlos Herans, después de ‘La danza del sapo’, ‘La casa imaginada’ y ‘Pinocho Circus’.
 
La trama
En la obra, tras una hipotética guerra, en la que sólo la destrucción ha salido victoriosa, dos supervivientes llegan a una particular ‘isla’: el tejado de una casa hundida bajo las aguas que cubren la tierra. Los desconocidos, después de los momentos iniciales de tensiones y desconfianzas, van acercando su experiencia y sus recuerdos para vencer el miedo y la soledad.
Son dos seres aislados en una isla, dos personajes con distinto idioma de los que nace una historia de reconciliación y reencuentro. El imperativo de sobrevivir consigue que se diluyan los rencores y que la palabra no sea un obstáculo para el entendimiento. Desde una situación anecdótica se constituye un relato lleno de humanidad y ternura que logra atrapar a grandes y pequeños para sumergirlos en una aventura de humor y amistad.
La Machina Teatro define esta obra como «una metáfora de la soledad en una isla —semejante a que inventa Daniel Defoe—, que trata de los grandes mitos universales, erigiéndose como un juego, donde se representan todas las dificultades de las relaciones humanas».
Robinson y Crusoe’ cuenta ya con 140 representaciones repartidas por el Estado español.
Los títulos de crédito
Fernando Madrazo y Luis Oyarbide son los protagonistas de este diálogo de soledades, sobre un texto de Nino D’Introna y Giacomo Ravacchio. El jefe técnico es Víctor Lorenzo. La gestión y distribución es responsabilidad de Rocío Tagle y la dirección de la compañía la ejerce Francisco Valcarce. El diseño de iluminación es de Andrea Abbatangelo, la escenografía fue concebida por François Chanal y la música es original de Giacomo Ravicchio, con arreglos y ejecución de Claudio Mantovani. La coordinación general de todos los aspectos creativos y la dirección del espectáculo son obra de Carlos Herans.
 
Premiada
La Machina Teatro recibió este año el Premio Max, al mejor espectáculo revelación, en los XV Premios Max de las Artes Escénicas. La obra premiada ‘En alta mar’ es el primer trabajo de producción exclusivamente cántabra obtiene este reconocimiento.
La obra que mañana se representa en San Vicente fue galardona en Extremadura con el Premio al Mejor Espectáculo, de la temporada 2010- 2011, en la sala Guirigai, dentro e la modalidad de público infantil, y además fue finalista al Premio Max Revelación en el año 2010.
La crítica
Una muestra del reconocimiento de la crítica es lo que escribió José Henríquez, redactor jefe de ‘Primer Acto’: «La pieza es una hermosa partitura para actores que tiene una precisión y un aliento beckettianos. Una galleta, un farol, un martillo, una cuerda, dos paletas de ping pong, una canción, una jerigonza inventada, cuatro palabras convenidas como comunes... Serán los signos de una serie milimétrica de acciones y elipsis, en un fino equilibrio de drama e ironía, a través de las cuales estos dos náufragos de la guerra se enfrentarán al dilema de destruirse o conocerse. El dilema de nuestros días... Luis Oyarbide y Fernando Madrazo son dos actores veteranos... Su interpretación y compenetración en Robinson y Crusoe es rigurosa, exacta, y, sobre todo, propia. De sus diferencias de cuerpo, voces, gestos y de su teatro nace el hermoso contrapunto de una pareja inolvidable».
Otro reconocimiento a este espectáculo es el texto de Isabel Tejerina, catedrática de la Universidad de Cantabria: «Esta obra logra atrapar a un público de todas las edades en un espectáculo lleno de emociones, sentido lúdico y contenido revelador. Es una historia de múltiples facetas: guerra, confrontación de culturas, racismo, supervivencia, encuentro entre personas, amistad y separación. Dos supervivientes de una hipotética confrontación bélica, que pertenecen a dos culturas distintas, uno es oriental y el otro occidental, se instalan en el tejado de una casa hundida en el escenario de la destrucción. Forcejean por el dominio de aquel lugar cercado por las aguas, pretenden imponer una supuesta superioridad cultural, se enzarzan en la pelea física, discuten, padecen hambre y penurias… hasta que caen en la evidencia de que sólo la no agresión y la colaboración pueden ayudarles a sobrevivir y a alcanzar el sueño común de retornar a casa. Una situación de contexto universal, cuyo desarrollo dramático nos conduce con humor y maestría al encuentro de los dos protagonistas, a través de la magnífica  interpretación de Fernando Madrazo y Luis Oyarbide y de un lenguaje teatral muy elaborado y abierto a lecturas en profundidad. Un espectáculo que hace verosímil un canto a la amistad, a la colaboración, a la ternura, a la reconciliación de culturas, a la victoria sobre la soledad de dos Robinsones en una isla contemporánea. Una demostración con imágenes y palabras de que, aunque sólo sea por razones de supervivencia, hay que consolidar la paz y que, como señala el crítico teatral Fernando Llorente, de todos y de cada uno depende que la paz se instale en nuestro tejado».
Con motivo de las representaciones efectuadas en Zaragoza, Javier López Clemente escribió en ‘La curvatura de la córnea’: «Los actores construyen sus personajes de manera prodigiosa. Su entrega consigue que los espectadores se sientan atraídos por estos supervivientes, que terminan por instalarse en nuestro corazón conforme su relación abandona la aridez de los prejuicios y se introduce en el vergel de la amistad. Madrazo y Oyarbide ejecutan con precisión el trabajo gestual, un ballet corporal que subraya la evolución en el esfuerzo comunicativo que nos muestra el excelente texto que los actores interiorizan y regalan a estos náufragos. El trabajo actoral es fundamental para subrayar y comprender la metamorfosis comunicativa que comienza llena de aristas y termina moldeada por el esfuerzo común. Un proceso en el que Robinson y Crusoe son capaces de salvar sus diferencias y construir un sistema propio dónde ambos comprenden los mensajes del otro. Esa es la gran victoria de nuestros personajes: Vencer a las palabras y dejarse llevar por el corazón».
 
Joaquín Melguizo, en El Heraldo de Aragón: «El texto de Nino D’Introna y Giacomo Ravacchio nos va conduciendo, con inteligencia y un gran sentido de la situación, por un viaje que se inicia con el encuentro crispado y agresivo de un hombre occidental y otro oriental sobre el pequeño tejado, y termina con el abrazo fraterno entre los dos. La puesta en escena hace una traducción del texto al lenguaje escénico llena de teatralidad, buen gusto, poesía y sentido estético. Plantea y resuelve bien las diferentes situaciones. Con imaginación y recursos, hace que los personajes se muevan y hagan cosas constantemente en un espacio reducido y acotado (el tejado) sin que en ningún momento resulte previsible o reiterativa. Construye cuadros escénicos de gran plasticidad y belleza visual. Nos hace reír, nos hace emocionarnos, nos invita a participar en el universo único, especial, cálido y cercano que crea ante nosotros sobre el escenario.
Hay además, un espléndido diseño de iluminación y un espacio sonoro muy adecuado. Pero hay, sobre todo, dos actores que nos ofrecen unos personajes llenos de autenticidad y verdad. Personajes entrañables y deliciosos, que van creciendo sobre la escena hasta lograr la rendida complicidad del público».

 

domingo, 2 de septiembre de 2012

¿Cómo convertirse en un monstruo? / Berta López Noriega

El horror erotizado de Berta López Noriega

Primera exposición individual de esta barquereña que extrae la belleza de los monstruos
Gouaches, fotograbados, aguafuertes, óleos, aguatintas, grabados, serigrafías, xilografías, forman un rico derroche de soportes y que se completan con el pan y el pelo de las siete vaginas que emergen de la pared en la torre del Preboste.
Es la  exposición de Berta López Noriega, su primera individual y en su villa natal, donde da a conocer múltiples trabajos, fruto evidente de una continua investigación creativa.
El resultado de este macro collage es el título de la muestra, que es mitad pregunta, mitad invitación y también sugerencia… ‘¿Cómo convertirse en un monstruo?’.
  Berta muestra un conjunto discontinuo de materiales y recursos hilados con sugerente lazo del sexo, quizá un sexo horrorizado de verse así mismo, pero marcado por la franqueza.
 
 
Compone escenas con elementos dispares, pero al fin conjugados en la forma y en el tema. Son sus ‘instalaciones’, a veces de una sola pieza, con un archivador portugués de los años 50, o con una coreografía de fotos, trozos de monstruos y dibujos perdidos entre sí mismos.
Sobre el aire vuelan musas como las líneas torcidas de ‘Das Kabinet des Dr Caligari’ de Robert Wiene, o las letras negras de Charles Baudelaire en ‘Las flores del mal’. El ‘Spanish horror’ o ‘Un bestiario del mundo extraño’ de Christopher Dell’ podrían ser los libros de cabecera de esta muestra que explota de originalidad.
Le gusta el cine, en especial el género terror erótico, como ‘Las vampiras’, un largometraje de Jesús Franco que Berta proyecta en la sala de exposiciones de la torre del preboste, junto al variado conjunto de sus obras.
Interesante trabajo de esta joven artista que sabe muy bien como rescatar belleza de los imposibles, y nos lleva hacia atrás, hasta el ‘Freaks’ de Tod Browning (La parada de los monstruos) y al futuro de ‘A serbian film’ de Srdjan Spasojevic   o ‘El propietario’, de Valentín Javier Diment.
Berta Noriega nació hace 22 años en San Vicente de la Barquera y es una de las mejores alumnas de la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, en la que se licenciará dentro de un año.
‘¿Cómo convertirse en un monstruo?’ puede contemplarse en la torre del Preboste de San Vicente de la Barquera, entre el 2 y el 12 de septiembre, de 11.00 a 13.30, y de 17.30 a 20.00 horas.
 
AGUSTÍN LAGUNA
Publicado por EL MUNDO CANTABRIA

sábado, 1 de septiembre de 2012

IX Concurso de Pintura Rápida Villa de San Vicente

Reunió 31 obras de gran nivel

Eric Ceballos repite como mejor pintor local
 
El bilbaíno José Miguel Méndez ganó el IX Concurso de Pintura Rápida Villa de San Vicente con una acuarela de la ría, realizada con gran agilidad y en la que se representan barco deportivos en el pantalán, el muelle pesquero y la entrada del puerto.
 
 
El artista bilbaíno recibió un diploma y 600 euros, del total de 1.450 euros que el Ayuntamiento de San Vicente destinó a los premios de este concurso anual.
 
Los miembros del jurado comentaron el gran nivel que ha alcanzado este año el concurso, con muchas obras de mérito que ha hecho complicado elegir los ganadores.
El alcalde, Julián Vélez, entregó los premios y se mostró muy satisfecho con el resultado del concurso, tanto por expectación que ha despertado y gran número de visitantes que acoge, como por la calidad de los cuadros expuestos.
El segundo premio fue para el riojano José Ignacio Amelibia y el tercero para la vasca Idoya Lasaga, que recibieron un diploma y un premio en metálico de 450 euros y 300 euros.
 
 
El mejor artista local elegido por el jurado fue Eric Ceballos, que ganó también las ediciones de 2010 y 2011 y que recibió un diploma y un premio de 100 euros, mientras que el mejor participante joven fue Marcos Castanedo, a quien se premió con materiales de pintura.