Cantabria
está a la cabeza en número de donaciones
Un
trasplante de corazón cuesta en Estados Unidos un millón de dólares; España es
el único país del mundo donde los trasplantes son gratis para el paciente
La comunidad de Cantabria, pese a su
reducido tamaño y menor número de habitantes en comparación con otras regiones,
es una de las que mayor porcentaje de donantes de órganos registra. En concreto
ocupa la segunda posición en el panorama nacional, con 55,8 donantes por cada
millón de habitantes, a tan solo una décima de Navarra, con un índice de 55,9,
según las estadísticas de 2013.
La doctora Ángeles Ballesteros,
coordinadora del área de trasplantes en el Hospital Marqués de Valdecilla,
resaltó estos datos en una conferencia que ofreció el pasado sábado en el
auditorio municipal de San Vicente de la Barquera, con motivo de las jornadas
de concienciación organizadas por la Asociación para la Lucha Contra las
Enfermedades del Riñón (ALCER).
«Somos una comunidad y un país puntero
en las donaciones de órganos y los trasplantes», señaló. De hecho España es,
desde hace 21 años, la primera potencia mundial en donación y trasplante de
órganos. En 2011 nuestro país batió su propio récord, con 1.667 donantes y
4.218 intervenciones. La media en España en 2012 fue de 35 donantes por cada
millón de habitantes, mientras que la media comunitaria es algo inferior a
19 donantes por cada millón de
habitantes.
La doctora concienció a los asistentes
sobre la importancia de las donaciones, que hacen posible continuar la
existencia para muchas personas, o al menos aumentar su calidad de vida de
forma definitiva, al sustituir órganos que han perdido su funcionalidad.
Gratis
en España
Nuestro país es el único en el mundo en
el que se practican trasplantes de forma gratuita para el paciente. En estados
Unidos, por ejemplo, el coste de practicar un trasplante de corazón era, en
2011, de 997.700 dólares, mientras que en España todos los gastos de cualquier
trasplante son a cargo de la Sanidad Pública.
Experiencia
La Sanidad española realizó su primer trasplante
de riñón hace ya cuarenta años. Les siguieron los de corazón, hace 25 años y
los de hígado, hace 24 años.
Menos
donaciones por accidentes
A partir de la entrada en vigor de la
Ley de Seguridad Vial, a comienzo de los noventa, ha disminuido el número de
donantes por accidentes de tráfico. En 1992 se produjeron 358 donaciones por
esta causa, mientras que en 2013 solo se produjeron 73, la cifra más baja desde
entonces. «Éste ha sido uno de los factores que han elevado la edad media de
los donantes», señala Ballesteros. En la actualidad la mitad de las donaciones corresponden
de personas de más de 60 años.
Medicina
legal
Las donaciones pueden provenir de
personas vivas, que generalmente ceden sus órganos a parientes o amigos. En el
caso de provenir de cadáveres es necesario determinar la muerte por asistolia (corazón
parado) o encefálica, con métodos que evalúan el flujo cerebral (arteriografía o
angiografía cerebral, doppler trascraneal, isótopos o TAC).
La doctora explicó que en el caso de muerte
encefálica era necesaria la firma de tres médicos «ajenos a la donación y a los
trasplantes: el médico del fallecido, un neurólogo y un tercer médico».
Reducir
las negativas familiares
«Todos somos donantes en potencia»,
señaló Ballesteros, a no ser que el fallecido haya dejado por escrito su
negativa a la donación. Por esta razón una misión del personal sanitario será
la de mediar para reducir las negativas familiares, «sin su autorización no se
puede llevar a cabo la donación».
La coordinadora del área de trasplantes
en el Hospital Marqués de Valdecilla animó a que las personas se conciencien,
porque las donaciones salvan vidas, o las liberan de enfermedades que las
limitan.
Testimonio
Tras la exposición de Ángeles Ballesteros,
intervino Paula Venero, una joven que perdió su función renal a los 14 años, y
que está en tratamiento de hemodiálisis desde los 16 años.
Laura explicó que contar con el apoyo
familiar, como es su caso, «resulta esencial». Tiene que acudir a la diálisis
tres veces a la semana: «estoy tranquila, leo, veo la televisión…». Lo que peor
lleva es la dieta, «muy estricta», porque tiene que ser baja en potasio y casi no
se pueden beber líquidos.
Su insuficiencia renal la produjo un
lupus, una enfermedad reumática sistémica, y ahora ella espera un tratamiento para
que sus riñones vuelvan a funcionar.
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