martes, 25 de noviembre de 2014

La doctora Ángeles Ballesteros anima a la donación de órganos en San Vicente


Cantabria está a la cabeza en número de donaciones
Un trasplante de corazón cuesta en Estados Unidos un millón de dólares; España es el único país del mundo donde los trasplantes son gratis para el paciente
La comunidad de Cantabria, pese a su reducido tamaño y menor número de habitantes en comparación con otras regiones, es una de las que mayor porcentaje de donantes de órganos registra. En concreto ocupa la segunda posición en el panorama nacional, con 55,8 donantes por cada millón de habitantes, a tan solo una décima de Navarra, con un índice de 55,9, según las estadísticas de 2013.

La doctora Ángeles Ballesteros, coordinadora del área de trasplantes en el Hospital Marqués de Valdecilla, resaltó estos datos en una conferencia que ofreció el pasado sábado en el auditorio municipal de San Vicente de la Barquera, con motivo de las jornadas de concienciación organizadas por la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER).
«Somos una comunidad y un país puntero en las donaciones de órganos y los trasplantes», señaló. De hecho España es, desde hace 21 años, la primera potencia mundial en donación y trasplante de órganos. En 2011 nuestro país batió su propio récord, con 1.667 donantes y 4.218 intervenciones. La media en España en 2012 fue de 35 donantes por cada millón de habitantes, mientras que la media comunitaria es algo inferior a 19  donantes por cada millón de habitantes.
La doctora concienció a los asistentes sobre la importancia de las donaciones, que hacen posible continuar la existencia para muchas personas, o al menos aumentar su calidad de vida de forma definitiva, al sustituir órganos que han perdido su funcionalidad.
Gratis en España
Nuestro país es el único en el mundo en el que se practican trasplantes de forma gratuita para el paciente. En estados Unidos, por ejemplo, el coste de practicar un trasplante de corazón era, en 2011, de 997.700 dólares, mientras que en España todos los gastos de cualquier trasplante son a cargo de la Sanidad Pública.
Experiencia
La Sanidad española realizó su primer trasplante de riñón hace ya cuarenta años. Les siguieron los de corazón, hace 25 años y los de hígado, hace 24 años.

Menos donaciones por accidentes
A partir de la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Vial, a comienzo de los noventa, ha disminuido el número de donantes por accidentes de tráfico. En 1992 se produjeron 358 donaciones por esta causa, mientras que en 2013 solo se produjeron 73, la cifra más baja desde entonces. «Éste ha sido uno de los factores que han elevado la edad media de los donantes», señala Ballesteros. En la actualidad la mitad de las donaciones corresponden de personas de más de 60 años.
Medicina legal
Las donaciones pueden provenir de personas vivas, que generalmente ceden sus órganos a parientes o amigos. En el caso de provenir de cadáveres es necesario determinar la muerte por asistolia (corazón parado) o encefálica, con métodos que evalúan el flujo cerebral (arteriografía o angiografía cerebral, doppler trascraneal, isótopos o TAC).
 La doctora explicó que en el caso de muerte encefálica era necesaria la firma de tres médicos «ajenos a la donación y a los trasplantes: el médico del fallecido, un neurólogo y un tercer médico».

Reducir las negativas familiares
«Todos somos donantes en potencia», señaló Ballesteros, a no ser que el fallecido haya dejado por escrito su negativa a la donación. Por esta razón una misión del personal sanitario será la de mediar para reducir las negativas familiares, «sin su autorización no se puede llevar a cabo la donación».
La coordinadora del área de trasplantes en el Hospital Marqués de Valdecilla animó a que las personas se conciencien, porque las donaciones salvan vidas, o las liberan de enfermedades que las limitan.
Testimonio
Tras la exposición de Ángeles Ballesteros, intervino Paula Venero, una joven que perdió su función renal a los 14 años, y que está en tratamiento de hemodiálisis desde los 16 años.
Laura explicó que contar con el apoyo familiar, como es su caso, «resulta esencial». Tiene que acudir a la diálisis tres veces a la semana: «estoy tranquila, leo, veo la televisión…». Lo que peor lleva es la dieta, «muy estricta», porque tiene que ser baja en potasio y casi no se pueden beber líquidos.

Su insuficiencia renal la produjo un lupus, una enfermedad reumática sistémica, y ahora ella espera un tratamiento para que sus riñones vuelvan a funcionar.

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