La
parroquia es para muchos la última esperanza donde pedir auxilio cuando las
situaciones de sus vidas han llegado a ser desesperadas
«Me han cortado el gas o no tengo para pagar
la renta» son unas de las frases que se escuchan, casi cada día, en la
parroquia de San Vicente de la Barquera, donde se ubica la sede de Cáritas de
esta comarca.
Convivir con las carencias de recursos de
muchas familias y con los problemas sociales que éstos originan, «es una tarea constante,
y a la vez ácida, porque es imposible atender las necesidades de todos», explica
el párroco, Manuel Ángel Martínez Rubín, conocido como padre Rubín.
Decenas
de casos
Sobre la mesa de su despacho hay
peticiones de todo tipo. Los papeles se amontonan por decenas. Las situaciones
son diferentes, pero convergen en la amargura de sentirse atrapados por la
pobreza: Una mujer sin trabajo, con dos hijas y el marido desaparecido; un
padre sin domicilio, que no puede ver a sus hijos; una joven embarazada, sola y
sin ningún apoyo.
Son personas con relatos marcados por la
angustia, la inseguridad y el miedo a no poder salir adelante. Acuden a pedir ayuda
cuando ya han agotado todos sus recursos y los recursos de su entorno.
La parroquia es para muchos la última
esperanza donde pedir socorro cuando las situaciones de sus vidas han llegado a
ser desesperadas.
«Hacemos todo lo que podemos, pero no
hay recursos suficientes», comenta el párroco, sobrepasado ante la
imposibilidad de solucionar todas las peticiones que le llegan. Él atiende
personalmente cada nueva situación de emergencia, así como a los transeúntes
que han llegado en situación precaria al municipio. «Disponemos para ellos de
una habitación donde pueden dormir y ducharse. También se les entregan unos
vales de comida, concertados con establecimientos de la villa», relata el padre
Rubín.
Cáritas Parroquial de San Vicente tutela
a 172 personas, pertenecientes a 52 familias de toda la comarca, a las que
entrega mensualmente lotes de comida valorados en unos 200 euros. A estas 172 personas
se añaden los transeúntes sin recursos y las decenas de casos que surgen con
necesidad de ayuda urgente.
El párroco cuenta con la ayuda de 15
voluntarios que clasifican la comida y la distribuyen en lotes personalizados
para cada familia, en función del número de adultos y de niños.
«Es imposible atenderlos a todos»,
señala Rubín, «completamente imposible, por eso pedimos ayuda para poder
auxiliar a tantas familias que subsisten con grandes dificultades, pero que
mantienen la esperanza de sobrevivir con nuestra ayuda».
El párroco asegura que la parroquia es «un
paño de lágrimas», y solicita la ayuda de los vecinos y las instituciones para
poder paliar las necesidades de Cáritas a lo largo de 2015.
Tres
toneladas y 10.000 euros
La Cofradía Virgen de la Barquera aporta
una cantidad anual a Cáritas, que el año pasado contó con la ayuda
extraordinaria del alcalde del municipio, Julián Vélez, que le entregó 10.000
euros provenientes de un premio de lotería de Navidad con los que resultó
premiado el ayuntamiento.
A estas ayudas se sumaron los vecinos de
San Vicente de la Barquera, Celis, Bielva, Unquera, La Revilla, Comillas y
Cóbreces., que aportaron tres toneladas y media de alimentos durante la campaña
de Navidad, con el lema ‘La Navidad del pobre es la Navidad de todos’.
Estos alimentos sirvieron para aliviar
la Navidad de las familias más necesitadas en estas localidades, y también se
han utilizado para atender a las familias que ayuda Cáritas durante todo el
año.
Cáritas
Parroquial de San Vicente
Es una institución dependiente del Arciprestazgo
Virgen de la Barquera, que atiende a varios municipios de la comarca, como
Cabezón de la Sal, San Vicente de la Barquera, Comillas, Val de San Vicente, La
Revilla, Ruiloba, Novales, Cóbreces y hasta Garabandal por Bielva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario