La
amenaza de lluvia no impidió que los vecinos subieran por la montaña para
honrar su virgen
Las juntas vecinales de El Barcenal,
Gandarilla, El Hortigal, Abaño y La Acebosa (San Vicente de la Barquera)
celebraron este sábado la fiesta de Nuestra Señora del Recuerdo, en El Hoyo.
El cielo cargado de nubes, el ambiente
denso y las gotas de lluvia no impidieron que los vecinos subieran a El Hoyo
para festejar a su querida virgen.
Esta fiesta fue recuperada en 2007,
después de haber estado olvidada durante 18 años, para ser ahora más querida y
vivida por los vecinos, después de tanto tiempo de ausencia.
La misa de campaña estuvo cantada por la
Coral Barquera, dirigida por Pedro de Celis. El acto religioso se celebró junto
al obelisco en El Hoyo, para después llevar la imagen en procesión, acompañados
por las picayas de La Acebosa, la Escuela Municipal de Folclore y la Coral
Barquera.
El trabajo de los vecinos hizo posible
que esta romería montañesa haya vuelto a celebrarse, y reeditar así la devoción
por la Patrona de estos cinco barrios, de la misma forma que se profesó hasta el
comienzo de la última década del siglo pasado.
Tradición
recuperada
El motivo de este largo paréntesis fue
como consecuencia de la muerte del padre Máximo González García y del Valle,
novelista, historiador y poeta, conocido literariamente por González del Valle,
que fue quien rescató esta fiesta del olvido. Tras su muerte, en 1989, la
romería sólo llegó a celebrarse una vez más. Su restauración significa también para los vecinos un
homenaje al recuerdo del padre Máximo, como se le llamaba entonces en la
comarca.
La
celebración
La fiesta se desarrolla en una hermosa
colina, que hace las veces de mirador de las montañas que lo circundan. Los
romeros se congregan ese día en torno a un obelisco, junto al cual se celebra
la misa. La Virgen es trasladada desde su santuario en procesión, teniendo
lugar a continuación el tradicional canto de las picayas. Otro de los aspectos
que dan carácter a esta romería es la comida compartida en el prado, que tiene
lugar tras los actos religiosos.
Historia
La imagen de la Virgen se representa en
una talla del siglo XIV. El santuario, entre robles colosales, y rodeado por
una de piedras caprichosas, está en el cementerio de La Acebosa. El archivo
parroquial de San Vicente conserva sobre esta construcción religiosa abundante
documentación, en libros y pergaminos, que recuerdan su categoría de parroquia,
y las generosas fiestas celebradas los días de la Asunción y del Rosario (ahora
denominada del Recuerdo).
El propio González del Valle escribió:
«Su santuario, en las alturas avizoras de un collado, fue uno de los más
hermosos de la Montaña. A la izquierda la calma del cementerio, y a la derecha,
la majestad de un priorato, dependiente de la famosa abadía del Divino Salvador
de Luey, del que hoy sólo queda el ábside del templo».
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