Miguel
Ángel Serna considera que el ejemplar ‘será una de las grandes estrellas del
Museo en los años venideros’
El consejero de Educación, Cultura y
Deporte, Miguel Ángel Serna, ha asistido en el Museo Marítimo del Cantábrico
(MMC) a la presentación a los medios de comunicación, y al público en general,
del calamar gigante hallado el pasado 1 de octubre en la playa de La Arena, en
Pechón.
Una vitrina especial de cuatro metros de
longitud alberga en líquido conservante a este ejemplar de cefalópodo hembra,
perteneciente a la especie Architeuthis dux, que completamente estirado mide
10,41 metros. La pieza se exhibe en el hall principal de la planta baja, muy
cerca del esqueleto de la gran ballena.
Serna ha dicho que la recuperación y
exhibición de este ejemplar «supone un antes y un después para el Museo
Marítimo, así como un legado importante para las jóvenes generaciones, que
podrán contemplar una pieza de un atractivo muy singular, como lo son el
esqueleto de la gran ballena que aquí se exhibe o la sardina de dos cabezas».
El consejero considera que será un foco de atracción para los escolares ante el
próximo curso, y ha reiterado que el calamar gigante «será una de las grandes
estrellas del Museo en los años venideros».
En al acto han estado presentes el
director general de Cultura, Joaquín Solanas;
el director general de Turismo, Santiago Recio, y el director del MMC,
Gerardo Castrillo, quien ha calificado al calamar gigante de «primer ejemplar
de estas características que se encuentra en Cantabria».
Gerardo
Castrillo: «Valor cultural y científico»
Apoyándose en una proyección, Castrillo
ha desmenuzado los pormenores del proceso de recuperación de este animal
marino, que ha contado con un equipo técnico del Museo Marítimo compuesto por
biólogos, técnicos de laboratorio y mantenimiento, veterinario y personal de la
Consejería y del propio museo, que han trabajado en su recuperación durante 223
horas. Se ha referido además a las actividades educativas y de difusión que se
llevarán a cabo «por su valor cultural y científico».
El procedimiento seguido comenzó con el
bloqueo de la descomposición que presentaba este animal marino, seguido de su
congelación a -19º centígrados durante tres meses para mantener tejidos y
estructuras. Posteriormente, el veterinario del Museo Marítimo procedió a la
necropsia y estudio interno de esta «hembra joven, que no se había reproducido».
Castrillo ha explicado también el
tratamiento y fijación del calamar en formol al 8%, y su conservación en etanol
al 70%. El siguiente paso fue su introducción en una urna para su exhibición.
El director del museo ha destacado el
proceso de estudio y preparación, para el cual se ha contado con la
colaboración de Ángel Guerra, investigador del Instituto de Investigaciones
Marinas de Vigo y considerado como «el mejor especialista en cefalópodos de
España».
Esta especie habita en aguas profundas
cercanas al talud continental. Se da la circunstancia de que las hembras son de
mayor tamaño que los machos. Sus tentáculos terminan en unas mazas con ventosas
armadas con un anillo denticulado, que les sirve para capturar las presas. En
la boca, situada en el centro de los brazos, tienen una estructura semejante a
un pico de loro con el que se alimentan de otros calamares, peces y crustáceos.
En el caso que nos ocupa, los expertos calculan que este cefalópodo gigante
tendría un peso estimado de unos 180 kilos.
Fuente: Gobierno de Cantabria (http://www.cantabria.es/web/gobierno)
Fotos: José García
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