lunes, 16 de junio de 2014

Gran interpretación de La Chalana en ‘Yerma’


La actriz Rosa Noriega realizó una soberbia interpretación del personaje principal de ‘Yerma’, la obra de Federico García Lorca, en la representación que tuvo lugar el sábado pasado, en el polideportivo municipal de San Vicente de la Barquera, con la compañía teatral local La Chalana, bajo la dirección de Ana Román.


Rosa Noriega se encarnó a la perfección bajo la piel de Yerma, y supo extraer sus lamentos desgarrados y profundos de las entrañas, para gritar al mundo su desdicha. Esa misma desdicha que cantaban las lavanderas: «¡Ay de la casada seca! / ¡Ay de la que tiene los pechos de arena!».


La actriz barquereña se cargó el peso del drama lorquiano a la espalda, y llenó el escenario con esa fuerza interpretativa que las mujeres sacan de la misma tierra, símbolo primordial de la fecundidad.


Rosa Noriega interpretó con maestría una tragedia que va desgarrando inexorable las esperanzas de su personaje, atenazado en un destino implacable, y conducido finalmente a la locura. Y lo interpreta con la potencia dramática de la sola naturalidad, para asumir el dolor de un entorno hostil y asfixiante, sin dejar de ser Yerma un instante, y siempre con esa ayuda del gran Lorca poeta, cuando las lavanderas cantan: «Dime si tu marido guarda semillas/ para que el agua cante por tu camisa».


Rosa Noriega, el sábado bordó Yerma, y tiene madera, nervio y pulso para actuar en cualquier escenario.
Pedro Cladera, estuvo muy bien encajado en el papel de ‘Víctor’ ―el deseo imposible de Yerma―, al igual que Francisco González, que fue ‘Juan’ ―el marido de Yerma―, junto con las hermanas de él, Maite Rodríguez González y Ángeles Arenas.


Natalia González, fue la antítesis de Yerma, en el papel de María, la mujer fecunda, la que describe que un bebé «lloraba como un torito, con la fuerza de mil cigarras cantando a la vez».
María José Pérez quebró su voz para interpretar la ‘vieja pagana’, la que le anima a abandonar a Juan, y le dice que tiene pies «para marcharse de casa, porque cuando se tiene sed, se agradece el agua».
Ana Hoyos fue la hacedora de conjuros y Dory Santovenia, Pili Fermández y Ángeles Sánchez se unieron al grupo de lavanderas.


Ana Román Urresti, la directora de la obra, tuvo el acierto de engarzar la representación en directo con episodios grabados en exteriores, como la escena de las lavanderas, rodada en la Lamasón, al igual que el cuadro el demonio y la mujer. También se han empleado otros escenarios como el entorno de la iglesia de Santa Marina.


Es la décimo tercera representación de esta directora, que ya puso en escena ‘La casa de Bernarda Alba’ y quiere completar la trilogía lorquiana con ‘Bodas de sangre’. Román Urresti ha combinado drama y comedia en sus trabajos realizados, como ‘La estanquera de Vallecas’, de José Luis Alonso; ‘La venganza de Don Mendo’ y ‘Anacleto se divorcia’, de Pedro Muñoz Seca o ‘Angelina y el honor de un brigadier’, de Enrique Jardiel Poncela.

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