La procesión del Santo Entierro de
Viernes Santo ha vuelto a recorrer las vías principales de San Vicente, después
de más de 40 años.
El párroco de la villa, Manuel Rubín, ha
dado el impulso para recuperar esta antigua tradición, ya que durante las
últimas décadas la procesión se limitaba a dar una vuelta alrededor de la iglesia
de Santa María de los Ángeles, desde donde siempre parte esta manifestación
religiosa.
El párroco explicó que el paso de las
imágenes por el centro del pueblo ha sido la «respuesta a la generosidad de la
comarca en Navidad», durante la ‘Semana del pobre’, en la que se recogieron más
de dos toneladas de alimentos y varias decenas de miles de euros. «Estamos
profundamente agradecidos, y hemos querido llevar a Cristo por las principales
vías de San Vicente, y acercar su misericordia a los vecinos», afirmó.
El Santo Entierro de San Vicente se
caracterizó este año por las túnicas y verdugos de los penitentes, y de costaleras
en los pasos. Ha estado marcado por la masiva presencia de jóvenes en los ritos
religiosos, de niñas y mujeres, muy participativas siempre en los actos
sociales de la villa.
La procesión partió encabezada por la
cruz y los ciriales, la banda de tambores y cornetas, y detrás las imágenes de
Cristo, la Virgen y San Juan, seguidas por el Cristo yacente, la Dolorosa y
otra imagen de la Dolorosa más pequeña.
El itinerario comenzó en la iglesia de
Santa María de los Ángeles, descendió por José María Pereda hasta la ronda de
la Encrucijada, para continuar por el paseo de Miramar y la avenida del
Generalísimo, y subir después por el castillo hasta regresar a la iglesia. En total
más de tres horas de recorrido.
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