Pionera
en la interpretación de la literatura infantil y juvenil desde una perspectiva
de género
El espacio cultural ‘La noche de las
bibliotecas’ de San Vicente de la Barquera, motivado por la celebración del ‘Día
del libro’, tuvo como invitada especial a la multifacética Esmeralda
Gutiérrez-Barquín, que interpretó varios cuentos infantiles orientados a la
educación en valores.
Esmeralda
es el resultado de ser actriz y profesora, clown y filósofa, entregada a ese difícil
arte de enseñar y hacer sonreír a la vez. Pero es, sobre todo, una pionera en
la defensa de una educación más igualitaria para las niñas, una labor que lleva
a cabo a través de la interpretación de la literatura infantil y juvenil desde
una perspectiva de género.
Esmeralda llegó al salón de actos de la
biblioteca barquereña con varios cuentos de la italiana Adela Turín, una autora
que ha denunciado reiteradamente el sexismo en los soportes educativos, y que
fundó la editorial ‘Dalla parte delle bambine’ (A favor de las niñas).
Esmeralda fue en el estrado marsupial,
gato, elefantita o caracol. Su voz metamórfica fue capaz de transformar su
imagen en la de esos personajes de los cuentos. Los niños se lo creyeron,
porque probablemente dejó ser Esmeralda para ser marsupial en ‘Cangura para
todo’, de Gloria Fuertes, el primero de los cuentos que interpretó, o que más bien
la interpretó a ella.
Los
diálogos entre los personajes masculinos y femeninos rodaron por su garganta
con timbres precisos, con intensidades medidas, con ritmos infantiles y con esa
intimidad de hacer sentir que, a pesar de la multitud, ‘sólo te lo cuenta a ti’.
En ‘Arturo y Clementina’ y ‘Rosa
caramelo’, interpretó mucho más de lo que Adela Turín escribió en esos cuentos.
Puso el alma para que sus gestos, su voz, retrataran sin histrionismo esa
ingenuidad con la que algunas mujeres aceptan su papel secundario en la pareja y en la
sociedad.
Y sin ninguna violencia, ellas se liberan,
hacia un horizonte lejano, libre de cargas, cadenas y pasados, como la sirena
de Neruda, que apenas entró en el río «quedó limpia, relució como una piedra
blanca en la lluvia, y sin mirar atrás, nadó de nuevo hacia nunca más morir».
No hay comentarios:
Publicar un comentario