Isaac Cuende escribe una ácida crítica a
las mafias que controlan la venta ambulante y otras actividades callejeras en
‘La sucursal’, realizada por La Machina Teatro e interpretada por Fernando
Madrazo, Luis Oyarbide y Alberto Sebastián.
‘La sucursal’ de La Machina Teatro cerró el
ciclo de Itinerarte 2014 en San Vicente de la Barquera, y su puesta en escena
tuvo una buena acogida en la villa marinera.
La obra denuncia la explotación de la
población situada socialmente al margen, formada por elementos desclasados en el
medio urbano, que desarrollan actividades al margen de la legalidad o en la
marginación social.
Cuende ha desarrollado un formato crudo,
con el lenguaje hiperrealista del lumpen, adornado de bromas amargas y humor
negro; sin embargo, las figuras frágiles
y desamparadas de Fernando, Luis y Alberto aportan un punto de ternura y de
romanticismo, marca Víctor Hugo en ‘Los miserables’.
Los que limpian los parabrisas de los
coches, los hombres y mujeres estatua, las prostitutas y chaperos, los top manta,
los mendigos tullidos o los músicos
ambulantes, forman parte de esta «la esclavitud disfrazada de mendicidad»,
según define el autor.
Los actores interpretan a tres personas en
la miseria, que se desenvuelven el límite de la vida, con los acordes melancólicos
de un acordeón, pero que han sido atrapados por los tentáculos de la mafia, y
obligados a ‘tributar’, por la fuerza, un alto porcentaje sus ingresos.
Fernando, Luis y Alberto se resignan a
formar la ‘sucursal’ del acordeón, bajo las amenazas de los matones del jefe
mafioso, y continuar así una existencia aún más pobre y en plena exclavitud.
Esta obra está dirigida por Francisco
Valcarce, y cuenta con el vestuario y maquillaje de Paula Roca y Marián Pyente;
la iluminación de José Helguera y Víctor Lorenzo; la música de Yuyo Hornazábal
y la escenografía de José Helguera.
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