Sanxenxo acogió ayer el I Intercambio
Gastronómico de Cocineros de la Asociación Villas Marineras, que agrupa a diez
de los destinos turísticos más emblemáticos del norte de España. La cita sirvió
para poner de manifiesto una de las fortalezas de estos enclaves, condensada en
una sucesión de delicias gastronómicas como la que pudieron degustar
representantes del panorama cultural, empresarial, social e informativo de las
Rías Baixas.
El alcalde de San Vicente de la
Barquera, Julián Vélez, acompañado por la concejala de Turismo, Magdalena
Navarro, asistió en representación de la
villa a este encuentro en el que se muestran las delicias culinarias de cada
municipio integrado en la marca Villas Marineras.
El encuentro ha estado presidido por la vicepresidenta
de Villas Marineras y alcaldesa de Ribadesella, Rosario Fernández, junto a la
alcaldesa de Sanxenxo, Catalina González. También han acudido la concejal de
Turismo y Festejos de Laredo, Laura Recio; la concejal de Turismo de Viveiro,
Covadonga Viamonte; junto a otros ediles y técnicos de Villas Marineras.
Asimismo, por la Mancomunidad del Salnés, ha estado presente el alcalde de O
Grove, Miguel Pérez, y el gerente de la entidad, Ramón Guinarte. Todos han
brindado por el éxito de esta nueva estrategia a la que se han sumado
representantes del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo.
Los
Fogones
En las cocinas comparecieron los chefs
Alfonso López, del Restaurante Plaza, de Laredo (Cantabria); Jaime Uz, del
Restaurante Arbidel de Ribadesella (Asturias) y José María García, del
Resturante Louzao de Viveiro (Galicia). La iniciativa, que tendrá su
continuidad en los próximos meses en Asturias y Cantabria con otros destacados
cocineros del resto de Villas Marineras, se desarrolló en colaboración con la
Escuela de Hostelería de la Mancomunidad de O Salnés.
La puesta en escena incluyó la
disposición de un pequeño bodegón en el que se exhibieron distintas excelencias
de los diez municipios que conforman la Asociación de Villas Marineras.
Delicatesen
Patés de percebes, quesucos, ostras,
anchoas, bonito, merluza de pincho, albariño, tartas y licores variados dan fe
de una variedad de exquisiteces que se han convertido en emblema de Baiona,
Sanxenxo, Ortigueira, Viveiro, Cudillero, Ribadesella, Llanes, San Vicente de
la Barquera, Santoña y Laredo.
Patrimonio
culinario
Con este intercambio se pretende
divulgar el rico patrimonio culinario que atesoran las Villas Marineras, y
potenciarlo como una de las armas de seducción, para atraer la visita y
fidelizar a quienes aprecian la excelencia gastronómica. Al mismo tiempo, se ha
decidido trabajar, codo con codo, con las distintas escuelas de hostelería
afincadas en sus áreas de influencia, para que sus alumnos aprendan a potenciar
la materia prima autóctona, al tiempo que comparten una experiencia de trabajo,
junto a chefs que gozan de gran prestigio a nivel nacional e internacional.
Campaña
de difusión
Estas degustaciones forman parte de un
ambicioso proyecto de difusión de los atractivos de unos destinos turísticos,
que en los próximos meses promoverán originales campañas para seguir tentando a
los visitantes, al tiempo que incentivan el turismo interno entre las
respectivas localidades.
Como definiera el presidente de Villas
Marineras, Ángel Vega, en la presentación de esta novedosa campaña, «nuestros
municipios seducen con todos los sentidos, cuando escuchamos el rugido de la
mar, sentimos la caricia de la brisa a orillas de la costa, acariciamos la fina
arena de nuestras playas, respiramos el penetrante aroma a salitre y, por fin,
cuando saboreamos las excelencias que una generosa naturaleza nos ha puesto al
alcance».
Soberbia
costera
El menú de la jornada se ha convertido
en una sinfonía de sabores, colores y texturas que han hecho las delicias de
los asistentes. Al más puro estilo marinero, los comensales han soltado amarras
con la degustación de una ensalada de tres quesos y helado de anchoas en
salazón, junto a croquetas de merluza en gallega con grelos y sirope de
garbanzos, y un gazpacho de manzana verde, sardina marinada y pria.
El momento de largar la red ha incluido
sabrosos canutillos de jibión de la bahía de Laredo y coral de tinta, una
merluza de Celeiro con aceituna negra deshidratada y caldito de verduras con
almejas de carril, así como raviolis de pitu de Caleia sobre cigalas fritas.
Los comensales han levado anclas con un
crujiente de almendra, queso y helado de moca y toffee griego; una lengua de
obispo con crema de naranja y frutos rojos bañados en chocolate negro; y una
infusión de frutas rojas, espuma de hierba luisa y helado de yogur y queso.
Todo ello regado con vinos de Viña la Vida de Laredo, Albariño de Viveiro y un
surtido de Licores de Los Serranos de Ribadesella.
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